
El cliente y la RSC, pilares básicos de nuestra filosofía como empresa.
Es fácil imaginar, al igual que nosotros al principio, que llevar a cabo un proyecto así teniendo en cuenta los años de experiencia en otras start-ups y empresas tecnológicas, sería un camino fácil e idílico. De cierto modo, la experiencia cuenta mucho pues evita que la ansiedad y la falta de paciencia defina el destino del proyecto además de paliar los efectos del miedo al futuro y la incertidumbre que solemos encontrar al iniciar retos tan desafiantes. Pero la experiencia no es todo y como padre de 3 hijos os puedo decir que «todo está por aprender».
Esto no ha hecho más que empezar y aún nos queda mucho camino por delante. La ilusión por crecer ayudando a dar visibilidad digital a pequeños negocios, autónomos y profesionales nos genera una enorme satisfacción y es el combustible que mantiene nuestra constancia hacía el cumplimiento de nuestros objetivos.
Han sido muchas las sesiones de brainstorm y los debates internos para encontrar nuestro propósito. Lo primero era tener claro que este es un proyecto profesional serio y a largo plazo. El segundo es la responsabilidad social corporativa (RSC) de nuestra empresa. El tercero era tener al cliente como el centro de nuestro negocio. En este sentido el cliente pasaría a ser el eje central de todas nuestras decisiones con todas las consecuencias que esto conlleva, cosa poco común en las empresas tecnológicas donde suele ocurrir (e incluso ostentan) una orientación hacía sí mismas en donde el cliente y la sociedad quedan relegados a un segundo plano.
Sabemos que puede parecer un cliché de fácil adopción, ya que en empresas muy conocidas el cliente está en el centro de todas las decisiones, como es el caso de Amazon. Salvando las distancias con este gigante, hemos establecido nuestra estrategia de negocio poniendo al cliente como el centro de todas nuestras decisiones pero con un punto de inflexión importante: la responsabilidad social, el segundo propósito comentado anteriormente.
En la universidad había estudiado a fondo los 3 niveles de responsabilidad social de la empresa definidos por John Hargreaves y Jan Dauman en el libro Business Survival and Social Change: A Practical Guide to Responsibility and Partnership, y a raíz de esto planteamos la necesidad de tener en cuenta los demás grupos implicados (trabajadores, gobierno, sociedad en general, etc.) y analizar si realmente hay una demanda social de estas responsabilidades y que respuesta daremos a tales cuestiones.
La idea inicial ya se ha transformado en un plan de negocio con tres fases definidas: definición del negocio, puesta en marcha y consolidación. Ahora nos encontramos a punto de entrar en la fase 2 y estamos calentando motores para arrancar el proyecto en el próximo mes de septiembre.
Deseo mucha suerte a todo el equipo y que un proyecto hecho con tanta ilusión pueda resultar cautivador para futuros clientes y todos aquellos profesionales que buscan un proyecto diferente y motivador donde poder exprimir todo su potencial.